Premios Princesa de Asturias ¿sí o no?

El debate lleva tiempo abierto, pero quizá este año haya tomado impulso con las declaraciones de la viceacaldesa de Oviedo, planteando la cuestión abiertamente desde el punto de vista presupuestario. Quizá no debería establecerse ese debate en términos opuestos, en un sí frente a un no. Quizá debería establecerse a torno a un cómo o un por qué.
Hay que ser cautos, porque si la controversia se plantea desde el punto de vista de la dotación presupuestaria municipal, el argumento debería extenderse más allá de estos premios en cuestión: parte de los presupuestos de la Fundación Princesa de Asturias viene, sí, de fondos públicos (un 17%, según datos de su página web). Es decir, que la financiamos todos, con mayor o menor resignación al respecto.
Pero, para ser justos, quien apuesta por retirarle una subvención pública a una entidad privada debería extrapolarlo a todas las demás entidades privadas que reciben subvención, ¿no? ¿O acaso habría que establecer unos criterios sobre qué merece recibir subvenciones y qué no lo merece? En qué se gastan los políticos nuestros impuestos nunca agrada a todos ni siempre repercute en algo que personalmente nos beneficie. No es fácil, pero hay que intentar medir con el mismo rasero.
Por otro lado, cuando se habla de un gasto de cualquier tipo, conviene estudiar qué se obtiene a cambio de la inversión.
Los Premios (Príncipe) Princesa de Asturias, llevan años ligando el nombre de nuestra región al reconocimiento de personajes destacados de todo el mundo. Son un premio de alta categoría, un preciado galardón del que se enorgullecen quienes, con él, llevan el nombre de Oviedo, y de Asturias, en los labios, por todo el mundo. Los premiados hablan con emoción de la acogida popular que se les brinda. Hablan con admiración de la cuidada organización de esta ajetreada semana. Hablan maravillas de nuestras ciudades, de nuestro patrimonio, de nuestra gastronomía. Son más que conocidas las declaraciones de Woody Allen al respecto, por ejemplo. ¿No es eso una buena campaña publicitaria? ¿Un buen gancho para el turismo? Vendría bien saber cuántos de nuestros visitantes han venido atraidos, en mayor o menor medida, por alguno de estos factores.
También podría hablarse, quizá, del retorno de la inversión, de cuánto dinero se genera en Oviedo en esos días: cuántos periodistas se alojan y comen y beben aquí; cuántos acompañantes de los premiados recorren nuestras tiendas y nuestros bares; cuánto trabajo extra se genera en los talleres que preparan los vehículos… Incluso deberíamos tener en cuenta en qué actividades gratuitas pueden participar esos días los ciudadanos: encuentros con autores, exposiciones, sesiones de cine…
Quizá conociendo estos datos, sabiendo no sólo cuánto se gasta, sino también cuánto se gana (no estrictamente en términos económicos), podríamos poscionarnos entre un sí o un no, en el debate presupuestario sobre los premios, sin atender a otras razones políticas e ideológicas.
Pero como decíamos al principio, tal vez sea más apropiado pensar en un por qué y en un cómo. El por qué se relaciona con el objetivo de la Fundación: “la exaltación y promoción de valores científicos, culturales y humanísticos”. No sirve decir que hay gastos más necesarios, que por supuesto los hay, porque no se trata de excluir o lo uno o lo otro, sino de compaginar. Así que la clave tal vez se encuentre en el cómo debería recibir una entidad privada (tanto la Fundación de la que hablamos, como cualquier otra) ese dinero público, qué requisitos deberían cumplir para recibirlo y de qué manera deberían emplearlo. Demasiado complejo para estar simplemente a favor o en contra.
¿Tú qué opinas?
Algunos datos:
La Fundación (Príncipe) Princesa de Asturias es una institución privada sin ánimo de lucro, entre cuyos objetivos se encuentra la exaltación y promoción de valores científicos, culturales y humanísticos. Se constituyó en Oviedo el 24 de septiembre de 1980, en un acto solemne presidido por el entonces Príncipe de Asturias, actual Rey Felipe VI.
Al año siguiente de su nacimiento se crearon los Premios (Príncipe) Princesa de Asturias, destinados a galardonar, de acuerdo con el carácter de la Fundación, la labor científica, técnica, cultural, social y humanitaria realizada por personas, colectivos o instituciones tanto de ámbito nacional como internacional. Hay ocho categorías establecidas: Artes, Letras, Ciencias Sociales, Comunicación y Humanidades, Investigación Científica y Técnica, Cooperación Internacional, Concordia y Deportes. Desde entonces, los galardones se entregan anualmente en el Teatro Campoamor, y han recibido distintos reconocimientos, como la declaración extraordinaria que la UNESCO realizó en 2004 por su excepcional aportación al patrimonio cultural de la Humanidad.
Aunque son lo más significativo, y reciben la mayor parte del presupuesto anual (el 66% en 2013) los Premios no son la actividad exclusiva de la Fundación, que se emplea también en un Área musical y en el galardón al Pueblo Ejemplar de Asturias.
El Área Musical se constituyó en 1983, con la intención de contribuir al fomento de la cultura en sus más altas expresiones. En la actividad cuenta con tres formaciones corales y una Escuela Internacional de Música. La Escuela de la Fundación apuesta por convertir al Principado de Asturias en un referente nacional e internacional en la enseñanza musical; desde 2005 han pasado por ella reconocidos profesionales de medio mundo: profesores de la Academia de Música de Detmold (Alemania), el Conservatorio Tchaikovsky de Moscú, el Superior de Música de Ginebra, la Escuela Superior de Música Robert Schuman de Düsseldorf, la Academia Superior Estatal Rusa Gnesin de Moscú, el Conservatorio de Música y Danza Rubin de Jerusalén, el Real Conservatorio de Mons (Bélgica), la Guildhall School of Music and Drama de Londres, la Escuela Superior de Música de Oporto (ESMAE), la Yehudi Menuhin School (Reino Unido), la Juilliard School de Nueva York y el Royal College of Music de Londres han impartido clases aquí.
En 1990, coincidiendo con el décimo aniversario de la Fundación, se instauró un nuevo premio, al Pueblo Ejemplar de Asturias, concedido al pueblo, aldea, núcleo de población, espacio paisajístico o grupo humano del Principado de Asturias que haya destacado de modo notable en “la defensa y conservación de su entorno natural, ambiental, de su patrimonio histórico, cultural o artístico, en iniciativas de impulso económico y social o en la realización de obras comunales u otras manifestaciones de solidaridad sobresalientes”. Se convoca también anualmente y la entrega coincide con la de los Premios Príncipe de Asturias.
Sin duda una de las características de estos galardones viene dada por la implicación de buena parte de los ciudadanos en su celebración y por el protagonismo de los premiados, a quienes incluso llega a sorprenderles tanto reconocimiento al margen de sus disciplinas. A pesar del carácter extraordinario, honorífico y distinguido del galardón, y de la protocolaria ceremonia oficial, los Premios (Príncipe) Princesa tienen una vertiente muy cercana y familiar, que a muchos de los galardonados suele sorprender gratamente.
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